miércoles, 23 de abril de 2008

decepcionar(se)

Intentad hacerle entender a un ciego de nacimiento de qué color es el rojo, o imaginad que debéis describirle el sabor de un delicioso tártar de atún (cebollita incluida) a un marciano que os acabáis de encontrar y que no tiene (ni ha tenido) papilas gustativas. Pues así es como te sientes tras una decepción no captada. Y es que decepcionar(se) no es que no se haga lo que uno quiere que se haga, que casi nunca uno tiene pensado qué se va a hacer, sino que se demuestre interés. Intención. Que parezca que... No vale con lo que "en teoría" se debe hacer. Los deberes para los niños de chupete.
Estoy profundamente decepcionada. Y lo peor de decepcionar(se) en un día como hoy es que faltan 365 días hasta el siguiente.

No hay comentarios: