jueves, 30 de octubre de 2008

La última vez

Hay una primera vez para todo. Para algunas cosas más que para otras.
Creo que para algunas de las cosas que hacemos también debe haber una última vez.
Hoy es la última vez que justifico delante de alguien el precio de una obra de arte. No lo hago más.
Alguien preguntó cuánto iba a costar el desacelerador de partículas ese que iba a llevarnos al inicio/fin del universo? Alguien se plantea cuánto vale la consulta de un médico que puede que sepa cómo curarte una enfermedad? Alguien cuestiona el precio de un coche? De una casa? No. Y me temo que en muchas ocasiones la cosa que está ligada a una noción de técnica-ciéncia-vamosadescubriralgoquevaaserlaleche-vamosacuraralgo implica una cierta justificación en los gastos aunque no entendamos el resultado. No dudo que sea necesario. Seguramente necesitarían más para llegar más lejos. (Soy gran seguidora de la doctrina de C.P. Snow, y por tanto para mi la ciéncia es necesaria, justificada y al final otro arte más). Pero cuando pagamos a un médico o científico suponemos estar pagando toda su experiencia, todos sus conocimientos, todos sus másters, doctorados, Mires, años de universidad, esa bonita consulta... Cuando pagamos a un artista estamos pagando exactamente lo mismo (formación, experiencia, lugar de trabajo, sueldo...) solo que, y aunque me quede romántico, ñoña y muchos decidáis no seguir adelante con este texto, cura el alma.
Yo, como observadora, llevo ya unos diez años (10!!) educando mi ojo, yendo a expos, antes a menos, ahora a más (menos de las que me gustaría), llevo desde los 18 estudiando sobre esto, filosofía, historia, arte, teoría, y otras lindezas, 3 años dedicándome profesionalmente y lo bueno del asunto es que llevo poco tiempo. Pensad en alguien que me doble la edad. 20 años educando el ojo, 16 estudiando, 28 dedicándose profesionalmente: su criterio para mi tiene una validez que está por encima de lo que digamos los "aprendices" y mucho más que la de alguien que no tiene ni idea. Y ya sé, el arte es muy subjetivo. I know. El arte, como es directo, algo que se refiere a ti da derecho a opinar. Pues sí, pero el mismo que me da a mí google cuando pongo mis síntomas de alguna dolencia y siempre sale cáncer. Puede serlo, pero iré a un especialista a que me lo confirme.
También sé que el mismo arte genera sus monstruos (véase a Hirst estos días en Sotheby's), y que eso no hace nada de bien a nuestra causa, pero es uno entre un millón surgido en un contexto muy determinado que yo como "aprendiz de especialista" sé y por tanto puedo opinar sobre el asunto.
Tal vez exagere. Pero es la última vez que justifico el valor de una obra de arte.

3 comentarios:

AS dijo...

Tens més raó que una santa!

QUIERO SER...GALERISTA DE ARTE dijo...

Y hace bien...

Andrea dijo...

Bueno, yo creo que los precios de todo (y más aquí) se ponen en tela de juicio. A mi no me molesta que si alguien no lo entiende pregunte. Me jode más bien el tonito.
En España en la Galería noto que la gente olisquea y regatea a su modo (desde mi silla de soy el último mono).
En la galería de NY en cambio no se regateaba tan abiertamente, se hacía...pero con más decoro. Pero en esto, para mí, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El decoro no quita nada. Y mucho menos, ignorancia.