lunes, 16 de junio de 2008

Tarde de culebrón

Esta tarde me ha llamado un galerista de Madrid. Muy enfadado. Muy muy enfadado. Cuestiones burocráticas básicamente. Entiendo su enfado.
Me ha hecho llorar.
Es como cuando me dijeron que solo serviría para cajera de super. Lloré mucho. No porque me molestara ser cajera de super. Sino porque si lo soy será mi decisión (y seré la mejor fucking cajera de super del mundo).
Igual que esta tarde.
Luego me ha llamado para disculparse (por las formas). El fondo no es algo que yo haya podido controlar.
No sé si enviarle un mail para agradecerle esta última llamada.
Luego me ha hecho llorar de contenta. Ha sido una frase muy bonita. No la recuerdo. Solo 2/3 palabras.
Qué duro que es ser la última mona.

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